Capítulo 103
Las cenas de negocios siempre habían sido un fastidio para Marco. Desde que asumió el control absoluto de la empresa, había intentado deshacerse de aquellas reuniones tediosas y teatrales, pero cortar con tradiciones tan arraigadas era casi imposible. Esa noche no había escapatoria: debía encontrarse con uno de los clientes más antiguos y poderosos del grupo.
Dejó a Nara en casa. No tenía por qué someterla al espectáculo de falsos halagos, risas forzadas y copas levantadas por conveniencia. No quería verla fingir cortesías frente a esos empresarios altivos.
El encuentro fue pactado en un bar de moda en el centro, *Luna Azul*. Marco rentó uno de los reservados, como siempre hacía, para que el trato fuese cómodo y privado. Los clientes se demoraron más de lo previsto y, apenas se sentaron, empezaron a pedir bebidas como si estuviesen celebrando un triunfo. Marco no se preocupó; su resistencia al alcohol era legendaria. Sin embargo, cuando sintió que la cabeza le daba vuelta