Capítulo 3 Cinco años después Nara mira fijamente al doctor que tiene en frente, sintiendo tanto miedo que sus piernas parecen no sostenerla. —¿Puede repetir una vez más lo que acaba de decirme? —le pide, mientras juega con sus dedos de forma nerviosa. —Hizo bien en traer a Andrea al hospital —comienza a decir el doctor—. De no ser así, las consecuencias habrían sido muy graves. Andrea es su hija, el centro de su mundo, por quien ha dado todo desde el momento en que supo que estaba en su vientre. La trajo al hospital porque últimamente no había querido jugar, se veía cansada... Pero este hombre acaba de decirle que tiene leucemia, la misma enfermedad por la que perdió a su abuela materna. —¿Puede repetirlo de nuevo? —insiste, apenas en un susurro. —Señora Robert, sé que lo que le estoy diciendo es difícil de asimilar, pero debe mantenerse serena. Su hija la necesita más que nunca. Aprieta a Andrea contra su pecho. Ella la mira con sus grandes ojos azules, llenos de luz, y le s
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