Mariam caminaba por los pasillos del hospital con paso firme, elegante como siempre. Su impecable vestimenta y las gafas negras que ocultaban sus ojos no solo protegían su mirada cansada, sino también su alma herida. Había dormido poco, pero nada le impediría visitar a su abuelo ese día.
Al llegar a la habitación, sonrió al verlo desayunando con calma. A pesar de su edad y el reciente susto, se veía fuerte… como siempre.
—Mariam... viniste. —dijo el anciano con voz cálida, esbozando una sonrisa genuina.
—No podía quedarme sin verte. —respondió ella, dejando su bolso sobre la silla antes de inclinarse para abrazarlo con ternura.
El aroma del café llenaba la habitación mientras charlaban de cosas cotidianas: la comida del hospital, las enfermeras nuevas, los paseos por el jardín… hasta que algo captó la atención de ambos.
El televisor de la pared cambió la programación para transmitir una noticia de última hora.
—La famosa actriz Claudia Moreno ofrecerá una conferencia de prensa en brev