Juliette
Bajé las escaleras y lo primero que vi fue a mi hermana besando a Gérard.
Me sentí muy incómoda, esperando que mi hermana no estuviera planeando nada en mi contra. Aún tenía dudas sobre su arrepentimiento.
—Cariño, te ves deslumbrante con ese vestido rosa.
—Gracias, amor, vámonos —tomé su mano, saliendo rápido de la casa.
Gérard me miró con curiosidad, incapaz de ocultar el impacto que me causó verlos juntos de esa forma.
—Pareces un poco seria, Julie, ¿aún te sientes mal?
—No, ya estoy mejor —respiré hondo—. ¿Por qué Sophie te estaba abrazando?
—¿Estás celosa?
—Claro que no, solo tengo curiosidad.
—Simplemente me estaba agradeciendo por apoyarla en este momento difícil de su vida —sonrió.
—Bueno, no quiero arruinar este día, quiero que tengamos una linda tarde juntos —le sonreí.
Decidimos almorzar en un restaurante de cocina tradicional francesa. Me encanta el restaurante François, y después decidimos dar un paseo en bote por un lago.
—Dicen que si dos enamorados se besan en