—¿Eres Juliette Moreau? —pregunta, perplejo, pasando la mirada del papel que sostiene en la mano hacia mí.
—¿Y tú eres el psicoterapeuta Matt Nolan? —cuestiono, completamente confundida.
—Responde primero —me exige.
—Sí, obviamente soy yo, por eso estoy aquí —aclaro, sin poder superar el asombro.
—Vaya, vaya... Quién diría que la hija de la enfermera Moreau era la misma chica que deseaba que me atragantara con un vino —replica, tomando asiento frente a mí.
—Y quién diría que un psicoterapeuta reconocido resultaría ser un ladrón de supermercados —contraataco, en el preciso instante en que él estalla en carcajadas, mostrando una sonrisa deslumbrante.
—No es mi culpa que no tomaras la botella primero, señorita Moreau —expresa, llevándose una mano al mentón, con la sonrisa dibujándose en sus labios.
—La arrebataste de mis manos antes de que pudiera hacerlo.
—La próxima vez sé más rápida —dice con una mueca burlona.
—¿Quieres decir que estás admitiendo lo que hiciste? —lo enfrento, porque