Flashback:
—¡No puedo creerlo! —me volví hacia él furiosa—. ¡Te acuestas con mi hermana, eres un maldito bastardo! Y tú, Sophie, ¿cómo pudiste hacerme esto? ¡Somos familia!
—No me arrepiento de nada, hermanita. La verdad es que eres bastante estúpida. Nunca te diste cuenta de que llevamos un año siendo amantes. Has sido una completa ingenua.
Bastian se acercó a mí, con el rostro pálido.
—Juliette, déjame explicarte...
—¿Qué se supone que vas a explicarme? ¿Que tú y mi hermana me vieron la cara de idiota?
Sophie me sostuvo la mirada, fría, cortante.
—Juliette, tú y yo no somos hermanas. Deja de mencionar esa palabra.
—¡Qué! No digas estupideces.
Y entonces, otro recuerdo, aún más doloroso, me golpeó de lleno:
—¿Ese bebé es tuyo o no? —le pregunté, sin importarme nada más de lo que quisiera contarme.
—Sí, lo es —respondió. Y esas tres simples palabras fueron como un puñal clavándose directo en mi pecho.
—Eres un maldito pedazo de mierda mentiroso —escupí con odio, entre las lágrimas que