Joaquín
Me quedé en silencio, sorprendido por lo directa que estaba siendo. El corazón me latía con fuerza, y por un segundo, sentí que me estaba quedando sin aire.
—Mamá... —empecé, pero ella levantó una mano para detenerme.
—Es una persona encantadora, y creo que te llevarías muy bien con ella.
Sabía exactamente a quién se refería, aunque no lo dijo en voz alta. Por lo que me había dicho Camila, mi madre llevaba tiempo intentando organizar esto, y por fin parecía que me lo diría a mí.
Fingí ignorancia, recostándome en la silla y cruzando los brazos con una sonrisa juguetona.
—Oh, ¿sí? ¿Y quién es esa persona misteriosa? —pregunté, siguiéndole el juego.
Sonrió, sus ojos brillando con afecto.
—Se llama Camila Navarro. Es una joven extraordinaria. La conocí hace unos meses y… me robó el corazón con su amabilidad, su dedicación. Es la tía de dos niños maravillosos que cuida como si fueran suyos. Y, Joaquín, —me miró con seriedad, aunque su sonrisa no desapareció, —te aseguro que no co