“No, no, no, esto no puede estar sucediendo, no a mí. Mi ardiente aventura de una noche no puede ser mi jefe.” Piensa Lucy aterrorizada.
Ella observa cómo el comportamiento de Sawyer cambia en cuestiones de segundos. El atrevido hombre de la noche anterior finge ser otra persona, ahora estoica hasta la médula. —Doctora, ¿puedo hablar con usted en privado? Ella asiente y sale caminando, sin poder ignorar el golpe de decepción que siente en medio de su pecho. En el pasillo, siente su mirada mientras se dirigen a su oficina. —No entiendo —le dice ella una vez llegan y están a solas— ¿Por qué estás aquí? Sawyer intenta tocarla, pero se detiene antes de llegar a hacerlo, luego comienza a hablar antes de ser interrumpido cuando alguien abre la puerta sin tocar antes. —Justo la persona que estaba buscando —la voz de Justin llega para irritarla una vez más. —Justin… —dice ella con un tono de advertencia en su voz. —No estoy aquí por ti, Lucy. Estoy aquí por el doctor Campbell. —Ahora no es el momento, hijo. El corazón de Lucy se detiene al escuchar las palabras que Sawyer acaba de decir. Sus ojos se abren de par en par y una hincada incómoda comienza a latir dentro de su estómago. —Espera, qué ¿has dicho “hijo”? —pregunta ella incluso cuando ya sabe la respuesta porque ha escuchado más que bien. —Ah sí, ¿olvidé decírtelo, Lucy? El doctor Campbell, también conocido como el Verdugo, es mi papá. Lucy mira entre Sawyer y Justin mientras su cabeza va pensando a miles de revoluciones por segundo porque no es posible que su ardiente distracción de una noche y el mejor sexo de toda su vida haya sido con el papá de Justin. —¿No es estupendo esto? Mi padre ausente, mi ex novia y yo, pasando el rato juntos en el trabajo —Justin es el primero en romper los pensamientos de Lucy. Sawyer se enfurece y su aguda mirada se dispara hacia ella. La incredulidad brilla en sus ojos. Aprieta los puños a los costados y su mandíbula se mueve con frustración. —¿Ex novia? —esta vez es Sawyer quien parece sorprendido. Por unos pequeños segundos su expresión lo delata, solo el tiempo suficiente para que Lucy se dé cuenta, luego, él vuelve a ponerse su máscara de hierro, pero en su interior, la ira lo invade. —Justin, por si no te has enterado, este es un hospital serio. Si no tienes idea de cómo tratar adecuadamente a una mujer, te sugiero que no te dirijas a ella en absoluto. Ahora, como adjunto, te ordeno que vayas a ver a tus pacientes. La doctora Monroe y yo tenemos que discutir el expediente de un paciente EN PRIVADO, así que vete, o haré que te retiren. Justin pone los ojos en blanco y resopla, pero hace lo que le ha indicado su padre y se aleja como un niño petulante. —¿Sabías quién era yo en la calle? —le pregunta Sawyer finalmente cuando se quedan a solas. —¿Qué? ¿Estás hablando en serio? ¿Cómo demonios podría haberlo sabido? —la voz de Lucy suena molesta. —Bueno, saliste con mi hijo por lo que acabo de escuchar. —Y, sin embargo, nunca nos conocimos antes de anoche. No es como si hubieras estado en su vida —le replica ella. —Solo quiero asegurarme de que estoy entendiendo todo. Me dijiste que trabajabas en pediatría. —Sí, al menos eso quiero. Mi objetivo es la cirugía pediátrica ¡Pero tú ni siquiera mencionaste que eras médico! —No vi que fuera relevante para nuestra situación, no salió el tema de conversación. Mientras más frío y pausado hablaba Sawyer, más se enfadaba ella. No podía entender cómo después de lo que acababan de descubrir, él estuviese actuando como si nada después de lo que había sucedido entre ellos la noche anterior. De lo que no tenía ni idea era que Sawyer hervía de rabia al saber que Justin, su propio hijo era el que le había provocado lágrimas en los ojos a Lucy. —Eso no es cierto. Me hiciste diagnosticarte en el bar, justo después de la pelea, cuando te hiciste esa herida. —Llámalo curiosidad profesional. Claramente querías poner en práctica tus conocimientos y perdón por no querer que me hicieras un desastre en la sutura. —Sawyer se pasa una mano por el pelo con la frente arrugada por la frustración. — Tuviste una relación con Justin ¿Qué tan seria fue? —Estuvimos juntos durante tres años, hablamos de matrimonio, hijos, todo, pero la historia de por qué las cosas no funcionaron ya te la sabes. Mientras más ella hablaba sobre su relación, menos podía creer que hubiese pasado tanto tiempo con un imbécil como Justin ¿Cómo fue capaz de no ver las señales? —No sé qué es peor, que me haya acostado con mi subordinada directa, que lo haya hecho con la ex de mi propio hijo… o, el hecho de que quiero volver a hacerlo. —Sawyer hala la parte delantera del uniforme de Lucy, atrayéndola hacia él y los ojos de ella se cierran. —Sawyer, esto es una mala idea. —Estoy de acuerdo A pesar de las palabras de ambos, él le inclina el rostro hacia arriba y pasa su pulgar por su labio inferior. —Me desperté esta mañana e intenté abrazarte, pero ya te habías ido. —la fragilidad en la voz de él es casi palpable, estaba hablando en serio. —No quería llegar tarde a mi primer día. Las primeras impresiones son muy importantes. —de pronto, ella sentía la necesidad de justificarse, no quería que él pensara que ella se había escabullido antes de que se despertara a propósito. La comisura de la boca de Sawyer se curva en una sonrisa mientras baja la cabeza y roza sus labios con los suyos pero, antes de que pueda acercarse por completo, Lucy se libera de su agarre y extiende una mano para mantenerlo a distancia. —Cuando dije que esto era una mala idea, quise decir que no volverá a suceder. —su voz tiembla. —Lucy… —Sawyer, por favor, no lo hagas más difícil, es demasiado complicado. Ella se mueve hacia la puerta dando por concluida la conversación, pero él la hala hacia atrás. Su grave tono de voz cae sobre ella como una orden. —Puede que esto se haya acabado para ti, pero para mí no.