ISABELLA
Esa noche, Alexander pasó la madrugada investigando hasta el último detalle sobre Vincenzo y Claudia. Al amanecer, ya tenía un plan meticuloso.
Pudo haberme sacado de ahí a la fuerza, pero yo se lo impedí.
—Si haces eso, me va a perseguir toda la vida.
Así que Alexander controló su impaciencia y fue preparando todo poco a poco. Fue entonces cuando se dio cuenta de que las raíces de la familia Cursley eran mucho más profundas de lo que había imaginado.
Fingió querer casarse con Claudia para distraer a los Cursley, pero en secreto fue colocando a su gente para poder sacarme de ahí y desaparecer conmigo. Pero llegó demasiado tarde.
Para cuando Alexander me encontró, mis piernas estaban destrozadas por el accidente de auto. Ya no podía hacerme cargo del negocio familiar ni volver a volar por la pista en mi auto.
En ese entonces, yo era un cascarón vacío, una sombra de lo que fui. Tenía una mirada tan ausente que daba miedo.
Por suerte, él me rescató del abismo. Me llevó al mejor c