—¡Esto no va a funcionar! —Alessia se negó rotundamente; aún necesitaba quedarse para encontrar a su hijo.
Sabía que Dominic era autoritario, pero no esperaba que lo fuera hasta ese extremo. Estaba claro que la conversación no podía seguir de esa manera.
Enderezó la espalda, ignoró el agarre de Dominic y apartó su mano de un empujón.
La mirada de Dominic se volvió gélida y, en represalia, atrapó la muñeca de Alessia.
Pero ella solo estaba distrayéndolo. Un destello astuto brilló en sus ojos justo antes de lanzarle una rodilla a su punto más vulnerable.
Dominic estuvo a punto de caer herido, pero en el último instante, con un fulgor helado en la mirada, se hizo a un lado y atrapó la rodilla traicionera.
Con la pierna sujeta, Alessia no tuvo más opción que impulsarse hacia arriba con fuerza. Sin embargo, Dominic volvió a esquivar su ataque.
Ambos se enfrentaron con la misma destreza, y tras varios movimientos, ninguno logró imponerse.
—¡Qué intenso! Apuesto a que mamá va a ganar —susurr