El correo llega un martes por la mañana. Un remitente desconocido, un asunto sencillo: "Una historia que merece ser escuchada".
Isabella no le presta atención al principio. Desde que explotó el escándalo con Camille, su bandeja de entrada se ha llenado de propuestas similares.
Entrevistas, documentales, campañas, hasta colaboraciones con marcas que buscan aprovechar el momento. Todas rechazadas sin pensarlo. Ella no quiere fama, solo paz.
Pero algo en ese mensaje la hace detenerse. Lo abre. La periodista es Julia Saavedra, una comunicadora reconocida por su defensa a madres solteras, mujeres en situación de vulnerabilidad y luchas de género. No le interesa el morbo ni el escándalo, quiere conversar. Quiere visibilizar.
Isabella guarda el mensaje, no responde de inmediato. Lo piensa durante el desayuno con los niños. Lo piensa cuando Alexander la llama para saludarla. Lo piensa mientras camina por la oficina. Y cuando llega la noche y los pequeños ya están dormidos, vuelve a abrir el