Christopher
El álbum de fotografías pesaba en mis manos como si estuviera hecho de plomo. Lo había encontrado mientras buscaba unos documentos en el desván, escondido en una caja que no había abierto en años. La cubierta de cuero desgastado mostraba las huellas del tiempo, igual que mis recuerdos.
Me senté en el sillón de mi despacho, con la luz del atardecer filtrándose por la ventana. Abrí el álbum y el pasado me golpeó con la fuerza de una ola. La primera fotografía: Daniel y yo, él con cinco años y yo con diez, ambos sonriendo frente al lago de la casa de nuestros abuelos. Su sonrisa siempre había sido más amplia que la mía, más sincera.
—Siempre fuiste mejor en eso —murmuré, pasando el dedo por el contorno de su rostro infantil.
Pasé las páginas lentamente. Cada imagen era un fragmento de una historia que ahora parecía pertenecer a otra vida. Daniel aprendiendo a montar en bicicleta mientras yo lo sostenía. Daniel y yo construyendo un fuerte en el jardín. Daniel llorando después