Todos estaban en la sala, cuando de pronto la electricidad de la casa parpadeo, posterior de lo cual se escuchó una clase de golpe seco y cristales rompiéndose. Fue un gran estruendo, lo cual causó que todos se pusieran de pie con prontitud y corrieran hacia el patio trasero, que era de dónde venía aquel escándalo. Se encontraron entonces con que un viejo árbol cercano al invernadero se había caído sobre este a causa de la lluvia, destruyendo la parte de cristal y a decir verdad el daño era extenso.
—¿Qué demonio ha pasado? —les cuestionó Luisa, una vez les alcanzó ante la puerta del jardín trasero.
—El invernadero se ha destruido —respondió Patricio, deteniéndola y es que lo mejor sería que no lo viera.
—Emma está ahí adentro —grito, tratando de liberarse y es que le preocupaba mucho su estado.
En ese momento, tanto Oliver como sus hermanos fueron hacia halla, rogando porque nada malo le hubiese sucedido. En especial, lo hacia él y es que de ser el caso, sería su culpa. Su madre le ha