Sophia se quedó en silencio unos segundos, sorprendida por la inesperada propuesta de Thomas. La forma en que lo dijo, con esa mezcla de timidez y vulnerabilidad que tan raramente mostraba, la dejó sin palabras por un momento. No era común escuchar a Thomas, el rudo y reservado capitán, pidiendo algo de compañía. Su primer instinto fue rechazarlo, recordándose a sí misma que tenía un plazo que cumplir y varios capítulos aún por escribir. Pero algo en su voz la hizo dudar. Sabía que estaba pasando por un mal momento, y después de todo lo que habían vivido, no podía dejarlo de lado tan fácilmente.
—Emmm… No estoy segura, Thomas… Tengo mucho trabajo pendiente —respondió finalmente, con la mirada fija en la hoja de su novela que asomaba por su Olivetti. Su imaginación rápidamente la caricaturizó, y la vio sacándole la lengua con burla por no haber terminado su trabajo con tiempo de sobra. Y todavía tenía que digitalizar esas hojas—. Además… Con todo esto de la foto… No sé si necesitamos d