Cala iba rumbo a la ciudad, en una camioneta custodiada por al menos diez hombres, Blake iba en la camioneta principal, ella no sabía cuál sería su destino, pero en ese instante parecía no importarle, tenía una reunión con su captor, por un momento creyó qué tal vez la reunión sería en algún lugar alejado de la finca, seguía incómoda con aquel vestido, pero no tenía opción, pensaba en que por lo menos, había podido cepillar sus dientes. —Aquí es —dijo Blake, y las tres camionetas se detuvieron, las calles eran cada vez más angostas, las camionetas no tenían la capacidad para entrar. Cala bajó de la camioneta, y delante de ella observó a Blake y a Santiago.
Caminó hasta ellos, con dos hombres detrás de ella. —Blake me daré prisa, tú y tú vamos —ordenó Santiago a un par de hombres.
Cala miró a Blake con algo de mesura, y luego bajó la cabeza no entendía qué hacía ahí, pero las mirada de la gente comenzaban a avergonzarla, quizá la miraban de forma extraña por su forma de vestir, o qui