—¿Te molesta comer a mi lado? —preguntó Blake, con mesura, mientras engullía algo de vino.
—No, es solo que siempre busco no incomodarlo, quiero decir no sabía que usted estaba aquí —replicó ella, tragando saliva, levantó la copa llena de agua y bebió un poco, su boca estaba seca.
Él la miraba hundiendo sus ojos azules debajo de sus pobladas cejas, su mirada era profunda, inyectaba algo más que solo temor en Cala.
Esta parecía acorralada, intentaba mirar a otro lado, pero sabía que hacerlo sería una ofensa para Blake, teniéndolo tan cerca, fijó los ojos sobre el plato blanco, tomó las pinzas y puso algo de pasta sobre este, estiró la mano para tomar un poco de pan, pero no fue suficiente su acción, blake tomó la pequeña canasta la levantó y la acercó a Cala, está eligió uno de los panes, y sin darse cuenta, sin siquiera buscarlo, rozó con sus dedos la mano de Blake, sintió el calor que emanaba de su piel, retiró la mano enseguida, el pan cayó sobre la mesa —”quiero morir de una vez