Extiendo mis manos al frente, y otra esfera luminosa surge como respuesta a la primera. Ambas esferas se fusionan en un espectáculo que quita el aliento, y en ese momento de unión, Antoni se transforma. La loba dorada unicornio, radiante como una deidad, emerge de su cuerpo con una elegancia celestial. Su reluciente cuerno guía el caos hacia un nuevo orden, y con un toque delicado y divino, calma el fuego descontrolado de Bennu. Este, antes envuelto en llamas destructivas, desciende, sofocado por la paz profunda que la loba dorada ha traído consigo.
Sin embargo, las batallas se suceden sin tregua. Mientras Teka atrapa a Antoni en el aire, depositándola con una suavidad casi maternal sobre el suelo, yo contemplo el círculo que los Antiguos han formado alrededor de nosotros, los Alfas Supremos. Esos guardianes de eones pasados irradian un poder que traspasa la comprensión. Y entonces, me uno a ellos. Mi poder fluye en perfecta sinc