61. ENTRE AMIGAS
El ambiente está cargado de emoción. Las risas, los gritos y los gestos desbordados impregnan cada rincón del estudio. Mis amigas hablan todas al mismo tiempo, cada una contando algún recuerdo o anécdota que revive el vínculo que alguna vez compartimos, como si nunca nos hubiéramos separado.
— No puedo creerlo, Isis. ¿Cómo terminaste aquí? —pregunta Evelyn, quien parece no dejar de acariciarme las manos, como si temiera que me desvaneciera en cualquier momento.
— ¡Tampoco lo entiendo! —respondo, riendo y tratando de contener las lágrimas que amenazan con escaparse de nuevo—. Es una larga historia, una que quizá no tenga sentido… Pero aquí estoy.
— Seguro es obra del destino —comenta otra, con los ojos brillando de alegría.
En medio del jolgorio, miro de reojo a Jacking. Se ha quedado junto a la puerta, cruzado de brazos, observando con una mezcla de asombro y diversión. Aunque intenta mantenerse neutral, puedo sentir ese halo protector que lo rodea, siempre atento a cualquier