Un silencio lleno de incredulidad inunda el espacio mientras Netfis me observa como si acabara de revelar un secreto que no debería conocer. Siento las miradas del resto clavadas en mí, pero no digo nada de inmediato, dejando que el misterio se asiente por un momento más.
— Pues porque yo iba a ir con mi Alfa, me lo dijo —confieso finalmente, midiendo cuidadosamente cada una de mis palabras—. Me estaba arreglando en el Gran Resort cuando papá me llamó y me fui con él en el avión. Antoni, siempre tan directa, tamborilea los dedos contra su muslo, claramente impaciente por comprender lo que sucede. Sin poder contenerse, pregunta: — ¿Quiere decir que estabas en el mismo hotel que nosotras? — ¡Chicas, chicas! ¡Así no nos vamos a entender! —nos interrumpe Merytnert; no se puede negar que es la hermana de mi Alfa—. Dejen que I