60. UN ENCUENTRO INESPERADO
Jacking parece no haber escuchado mi último estallido, o al menos finge no haberlo hecho. Él sigue su unión con su lobo, quien se vuelve etéreo sin mirarme y se hace uno con su humano. Estoy tan concentrada en discutir conmigo misma que no me doy cuenta de que me habla hasta que levanta la voz para llamarme.
— ¡Mi Luna, mi Luna! ¿Qué tienes? ¿Por qué no me respondes? —pregunta, preocupado.
— Disculpa, mi Alfa, estaba pensando en algo —respondo mirándolo fijamente. Me ha llamado su Luna y eso me agrada.
— Bueno, ¿vamos? —pregunta extendiendo una mano hacia mí—. Mi hermana y sus amigas están en el estudio de pintura de ella. Te están esperando. Yo te acompañaré y luego te dejaré sola con ellas. ¿Estás de acuerdo?
— Sí, no hay problema, mi Alfa —respondo poniéndome de pie—. ¿Qué vas a hacer tú mientras yo esté con ellas?
— Quizás deje que Jacking vaya a ayudar a esas chicas en la preparación de la fiesta —dice despreocupado. Me detengo y hago que él se detenga también, agarrand