Después de terminar de hacer el amor con mi mitad, no puedo dormir. Tengo un fuerte dolor en el vientre. Me levanto y me dirijo al baño. Un mareo hace que me tambalee. Llego con gran esfuerzo al baño, pero todo se vuelve oscuro. Trato de llamar a mi Héctor, pero las fuerzas me fallan. Caigo desmayada al piso.
Cuando vuelvo a despertar, estoy en la clínica. Me están cambiando de ropa y me doy cuenta de que la mía está llena de sangre.— Teka, ¿qué me pasa? —pregunté asustada.— Meryt, estás a punto de tener un aborto espontáneo —dijo Teka, y la miré sin entender.— ¿Qué? ¿Un aborto espontáneo? ¿Estoy embarazada? —pregunté llena de miedo.— Sí, de trillizos —contestó ella sin dejar de trabajar en mí.— ¡Teka! —grité desespera