JACKING:
Amet está fuera de control. Es la primera vez que falla en toda nuestra existencia. Vuelve a golpearse el pecho. De sus ojos comienza a salir fuego; la tierra comienza a temblar ante sus sollozos. Lo abrazo fuertemente contra mi pecho. Horacio y Bennu me imitan, desprendiendo su olor para transmitirle confianza. Dejamos que se desahogue un rato, calmándolo para que se controle.
—Hermano, no me has fallado. Nunca lo has hecho. Todos sabíamos de eso, pero ninguno se acordó. No es tu culpa, hermano, cálmate —le hablo con voz de Alfa, suavemente.
Siento el cuerpo de Amet temblar contra el mío mientras sigo sosteniéndolo firmemente en mis brazos. Nunca antes lo había visto en este estado, tan vulnerable, tan molesto con sí mismo como para perder completamente el control. Horacio y Bennu están igual de inquietos, pero su presencia y sus olores son suficientes para apaciguar, poco a poco, el fuego que brota de los ojos de nuestro beta.
—Mi Alfa… —murmura Amet con voz rota—. Si h