UTUKKU: 

No quiero confiar en una bruja que fue capaz de engañar a su propio esposo tan fácilmente. Además, tengo que pensar muy bien lo que realmente quiero. Nunca se me pasó por la mente ser el rey de nadie. Lo reflexionaré. Pero ahora tengo otras cosas en las que ocuparme.

—Alu, llama a Wampira ahora —grité al joven vampiro.

—Sí, señor —se retiró y, en un momento, volvió con una hermosa bruja.

—Wampira, ¿qué pasa con la meiga Rosa? —investigué con desgana.

—Señor, ella logró infiltrarse bien en la manada. Está trabajando para ganarse la confianza de Teka —me informó con prontitud—. Todavía no ha aprendido nada nuevo, señor. Quería informarle, señor, que el clan de los vampiros que habitan cerca de la manada de lobos está planeando un nuevo ataq