DAKARAI:
Todos los ojos estaban clavados en él, pero su expresión no mostraba arrogancia ni inseguridad. Era firme, serena, y eso despertó aún más respeto... incluso donde antes existía desdén. Renart, con el ceño ligeramente fruncido, cruzó los brazos con resignación, pero no dijo nada.
— Impresionante —exclamó Morarti, con una voz llena de quieta admiración, y vino hacia mí con una sonrisa brillante—. ¡Amigo Amón! ¡Amigo, cuando me hablaste de que tu hijo era un hechicero de luz poderoso, no lo creí, y solo vine hoy en honor a nuestra amistad! ¡Pero tu hijo es el hechicero más poderoso que he conocido en toda mi larga existencia! ¿Cuántos años tiene tu pequeño? — Cinco años solamente, mi amigo —dije, orgulloso de mi pequeño. — Y ese nivel no lo tiene un aprendiz —añadí, rompiendo el silencio que parecía absorber la cima—. Alex no necesita títulos ni escalas. Su conexión con la energía de Hysh habla por sí misma. ¡Debes dármelo, amigo! Te prometo cuidarlo y en