Cada miembro de la manada, lobos y humanos por igual, mantenía la vista fija en la niña. Algunos intercambiaban miradas inquietas, mientras otros comenzaban a considerar la profundidad de lo que acababa de decir. Isis seguía inmóvil, arrodillada, pero emanaba la energía de una líder en completa conexión con su manada, con cada miembro, incluso aquellos que dudaban.
La niña, después de terminar de hablar, se giró hacia Isis, colocó una rodilla en el piso y su pequeña mano en el corazón. La manada completa la imita, y todos al unísono dicen:“Nosotros, los integrantes de la manada La Maat Ra, perdonamos a nuestra Luna y la aceptamos como nuestra legítima Luna Suprema.”
En ese momento, Mat se convierte en Alfa Supremo y es elevado junto a la Luna Suprema. Una energía blanca los envuelve, esparciéndose por toda la cueva y alcanzando a todo