CAPÍTULO 136 — Reencuentros entre hermanos
Alejandro permaneció en el hospital incluso después de que Isabella se marchara. No tenía fuerzas para seguirla, ni tampoco claridad sobre qué decirle si lo hacía. Había demasiado caos, demasiadas emociones revueltas. Lo único que sabía con certeza era que debía estar allí, esperando a que su madre despertara y reclamara verlo, y aguardando el momento en que pudiera hablar con Camila, mirarla a los ojos y explicarle todo lo que sucedió en los últimos años.
Pasaron un par de horas. Alejandro se puso de pie cuando vio salir al médico de la habitación de Camila. Ella estaba estable, pero aún débil. Era el momento de tocar su puerta.
Respiró hondo, se alisó la camisa y caminó hacia la puerta de la habitación. Tocó tres veces, suavemente.
Valentino abrió con el ceño fruncido.
— ¿Qué quieres? —preguntó con voz baja, pero cargada de tensión.
Alejandro entendió la desconfianza. Él había sido la chispa que detonó todo. Bajó la mirada antes de responde