CAPÍTULO 134 — La hora de la verdad parte III
La boda civil de Camila y Valentino, que prometía ser elegante, íntima y soñada, se había descontrolado por completo en apenas minutos.
En medio del caos, Isabella logró tomar la mano de Gabriel y jalarlo por el brazo. Él estaba rígido, tenso, respirando de forma acelerada. Isabella sabía lo que venía. Lo conocía demasiado bien. Sabía que detrás de esos ojos cargados de dolor estaba a punto de estallar una tormenta que podía destruirlo todo.
— Por favor, ven conmigo —imploró ella con la voz rota—. Necesitamos hablar lejos de todos. No quiero que nadie nos interrumpa… por favor, Gabriel.
Él no dijo una palabra, pero la siguió.
Llegaron a una habitación vacía del primer piso. Isabella la abrió rápido, lo empujó suavemente hacia adentro y cerró la puerta detrás de ellos. Giró la llave con manos temblorosas y colgó el cartel de No molestar.
Adentro, el silencio cayó como un peso.
Gabriel se dio vuelta despacio. Su mirada oscura estaba cargada