Los aplausos retumbaban aún en las paredes del gran salón, mientras las luces se encendían poco a poco, dando paso al cierre del evento. El presentador subió nuevamente al escenario con una sonrisa brillante, emocionado por lo que había sido una noche inolvidable.
—¡Qué noche tan maravillosa hemos vivido! —exclamó con entusiasmo—. ¡Tres parejas nos han deleitado con presentaciones únicas! Pero como saben, solo una podrá llevarse el galardón y decidir a qué fundación irá el dinero recaudado esta noche.
El público aplaudió con fuerza. Había emoción, murmullo, especulación.
Victoria, desde la primera fila, miraba de reojo a la tercera pareja, todavía en el centro de la pista, tomados de la mano, cabizbajos. Aún no habían revelado sus identidades, pero había algo en la postura de la mujer, en la manera en que ella sostenía la mirada, en la dulzura de su expresión… que la hizo estremecerse. Sintió un ligero temblor en el pecho, como si su instinto supiera lo que sus ojos aún no podían conf