―No… ¡No, por favor, no! ―Circe parecía querer correr, algo que no le fue permitido. O al menos fue así hasta que ella, de manera escurridiza, logró zafarse de uno de los hombres y, en medio de gritos, llegó casi hasta la salida.
Estuvo a punto de lograrlo, pero Kethan fue más rápido. Con maestría, logró taclearla y derribarla al suelo.
Mientras Circe luchaba, gritaba y pataleaba, Zander por fin mostró una pequeña sonrisa divertida.
La escena era patética: ¿quién diría que aquella mujer, que siempre parecía tener el control, se vería reducida a esto? Incluso para Kethan, lidiar con sus histerias parecía un problema.
―¿Necesitas ayuda con ella, Kethan? ¿O es que te está quedando grande? ―Zander habló con diversión.
Kethan, molesto, negó con la cabeza y, sin dudarlo, le dio una bofetada a Circe que logró que esta se quedara en silencio por fin, luciendo mareada.
Era claro que Kethan no había sido nada amable, algo que seguramente detestó hacer.
A pesar de ser un "monstruo" a los ojos de