Capítulo 25: Ecos de lo Perdido
El bosque parecía infinito, envolviendo al grupo en un silencio pesado. Aurora caminaba entre Damien, Elias, Kael y Freya, mientras la memoria del templo destruido se repetía en su mente. Aunque habían logrado escapar, las imágenes del ataque de la Orden y los sacrificios que otros habían hecho por ellos pesaban en cada uno de sus pasos.
Kael y Freya, quienes habían sido pilares de apoyo durante la huida, caminaban detrás de Aurora, sus miradas vigilantes. Ambos estaban tensos, con la magia aún pulsando en el aire a su alrededor. A pesar de haber dejado el templo atrás, la amenaza de la Orden seguía latente.
El templo: lo que dejaron atrás
Cuando el grupo se detuvo en un claro protegido por runas de Elias, Aurora no pudo contenerse más.
—¿Qué pasó realmente en el templo? —preguntó, mirando directamente a Elias.
Elias, trazando cuidadosamente un símbolo protector en el suelo, levantó la vista con un rostro cansado pero sereno.
—Selene destruyó el núcleo