La sala estaba en total silencio, solo se escuchaban algunos sonidos onomatopéyicos de los presentes, y el ruido que ingresaba desde el exterior hasta que fue Alan quien lo quebró.
—Creo que debo acompañar a mi hermano al aeropuerto.
—No hace falta. —Apareció Logan con su bolso—.
—Sí, porque tengo que hablar contigo.
—No podrás.
—Disculpa —espetó ofendido.
—Llevo a Sara, no podrás hablar mucho conmigo.
—Está bien, vete. —Se sentó molesto en el sofá.