Carla y yo estábamos en la cocina, sentadas a la mesa, compartiendo un desayuno tranquilo. El aroma del café recién hecho llenaba el ambiente, y el pan tostado humeaba sobre los platos. De fondo, la radio sonaba con una canción nueva de reggaetón, alegrando el ambiente.
—¿Entonces tú y Deck…? —dejé la pregunta abierta, mirando a mi amiga con curiosidad.
—Creo que estamos saliendo... o algo así —respondió con las mejillas ligeramente sonrojadas.
Sonreí y asentí con la cabeza, sintiendo una mezcla de sorpresa y entusiasmo.
—¿Se han besado? —pregunté con una chispa de emoción.
Carla negó, mordiéndose el labio inferior.
—No. Por eso digo que creo que estamos saliendo. No sé si le intereso como algo más, pero… —hizo una pausa, pensativa—. Es muy atento conmigo. Todo un caballero.
—Tal vez solo se está tomando las cosas con calma —comenté, tratando de restarle presión al asunto.
Carla me observó con atención.
—¿No te ha dicho nada a ti?
—No, la verdad es que no lo he visto mucho en la ofic