Así funciona el poder.
—¿Quién es el responsable del delito?
La mujer señaló a Andrés.
Los ojos de Andrés estaban rojos, con una mezcla de rabia y agotamiento.
—Ustedes… —miró lleno de odio a Alejandro y sus amigos.
Joaquín suspiró, con una cara que decía “te lo ganaste”.
Nadie lo obligó a ser así.
Todo lo que estaba ocurriendo era consecuencia directa de sus decisiones.
Los agentes le pusieron las esposas.
La mujer, para reforzar su papel de víctima, seguía medio desnuda. La policía le pidió que se arreglara.
Después salió junto a ellos.
La habitación quedó en silencio.
Ricardo preguntó:
—¿Nos vamos?
Alejandro miró a Joaquín.
—Averigua dónde vive exactamente Luciana.
Sabía que estaba en ese condominio, pero no tenía clara la torre ni el piso.
—Ricardo, lleva a Alejandro. Yo voy a ver a Daniela —dijo Joaquín.
Ricardo lo miró con una sonrisa pícara.
—¿Otra vez detrás de ella?
Joaquín no lo negó, y sonrió.
—Todavía no la he conquistado. Tengo que sumar puntos. Además, lo hago por Alejand