El ruido fue tan fuerte que toda la habitación tembló.
María volteó y vio a Vanessa levantarse del sofá, la miró feo antes de ponerse la ropa y salir caminando hacia la puerta.
María estaba tan enojada que le dolía el pecho, sentía una rabia que le quemaba por dentro.
Si no se desahogaba, sentía que se iba a morir.
Corrió directo hacia Vanessa.
—¡Maldita! ¡¿Vienes a hacerme daño y todavía te atreves a provocarme?!
Agarró un florero y se lo lanzó a la cabeza.
—¡No te vas a ir así nomás!
Vanessa cayó al piso en el acto.
Al principio fingía que estaba desmayada, pero esta vez sí se desmayó de verdad por el golpe.
Cuando llegó la ambulancia, María solo les dijo que se la llevaran.
Alejandro salió de su cuarto ya vestido, vio que María seguía ahí, pero no dijo nada. Se alistaba para irse.
—¿Vas al hospital a ver a esa desgraciada? —María se adelantó y le bloqueó el paso.
—Ya escuchaste, esa tipa se la llevó la ambulancia.
Sacó el celular y le mostró a Alejandro el video de la confesión de l