Alejandro no dijo nada. Tenía la vista clavada en Luciana.

Había ido a Monte Sereno porque el profesor Diego lo invitó a un congreso. No tenía ganas de ir, pero cuando supo que Daniela estaría, pensó que Luciana podía estar con ella.

Por eso fue.

Y justo al llegar, se enteró de que Andrés también estaba ahí. Fue directo a las aguas termales porque sabía que Luciana y Andrés estaban juntos.

Lo que no esperaba era escuchar a Andrés hablando mal de él apenas llegó.

—Alejandro, María me contó que últimamente tomas demasiado. Que te emborrachas hasta que pierdes el control. No puedes seguir así… Ah, también revisé fechas y vi que el veinte de enero es la fecha perfecta. La ceremonia de compromiso con María será en enero. ¿Qué dices?

—¿Puedes dejar de fastidiar? —respondió Alejandro, molesto.

—Tengo cosas que hacer. Vete.

—¿A dónde vas ahora? —preguntó Victoria, furiosa. Pero Alejandro ni la escuchó.

Y ella tampoco se animaba a molestarlo mucho.

En su momento, cuando se opuso a su relación c