Camila es una escritora que de un momento a otro se encuentra viviendo una fantasía que supera la realidad. Solo tiene siete días para conocer al amor de su vida, que por cierto está casado. Después de vivir los mejores siete días de toda su existencia, él desaparece, dejándola hundida en un profundo dolor. ¿Qué pasará cuando el tiempo acabe? ¿Volverán a verse de nuevo?
Leer másAcomodo mi falda corta y me pongo una camisa blanca con mangas tipo tres cuartos, acompañando mi atuendo con unos tacones rojos a juego. Tomo mi bolso que está algo sucio, ya que trabajo y escribo tanto, que no me queda mucho tiempo para limpiar y consentirme a mí misma. Otro día lo haré. Por último, pinto mis labios con un rojo cereza y peino mi largo cabello de color castaño, el cual amaneció rebelde hoy como nunca en la vida. Guardo el ejemplar de mi novela en físico —por si acaso—, mis llaves, identificación y lentes de aumento. Salgo del departamento corriendo hacia el ascensor y llego rápidamente a la estación del Metrobus, aquí en Downtown, el centro de Miami.
Tengo un buen sueldo y soy una de las más sobresalientes editoras en la compañía literaria donde trabajo, gracias a mis estudios en lenguas. Me introduje en la escritura sin darle muchas vueltas, solo le permití a mi imaginación volar y escribí una novela romántica que me puso en el ojo de la mejor editorial de América del Norte, luego de haber enviado mi manuscrito en cinco ocasiones. No me doy por vencida tan rápido... Todavía no me lo puedo creer, pero ya lo voy digiriendo con mas calma a medida que pasan las horas.
Luego de viajar por algunos minutos, llego a una bonita cafetería, donde quedé reunirme con los dos agentes de la editorial que quiere publicar mi libro. Me empino un poco y busco la mesa donde me dijeron que esperarían. Miro un poco nerviosa hacia uno de los dos hombres de traje, el cual b**e la mano con la finalidad de atraer mi atención, respiro profundo y doy un paso hacia el frente, pero accidentalmente me llevo por delante a uno de los meseros.
¡Por Dios, qué vergüenza!
Miro el suelo manchado de café frío, por lo que doy gracias al cielo de no habernos quemado con algo caliente. Pongo mis lentes de aumento sobre mi cabeza y enderezo mi cuerpo, el cual terminó empapado específicamente en la zona de mis pechos. Oh, cielos... Mi sostén de color rojo ahora se marca por completo bajo la tela blanca.
—L-lo siento señorita, no mi...
Levanto la mano e interrumpo al pobre mesero que también está todo sucio de café.
—Ha sido mi culpa, no te preocupes... —respondo abatida.
Inhalo y exhalo, regañándome a mí misma, porque esta es una más de las mil torpezas diarias que acostumbro hacer. Me acomodo la camisa, con la mirada de todas las personas sobre mi cuerpo y rostro. Bueno, solo me queda aceptar la realidad. Veo hacia la tele y agacho la cabeza, con algo de timidez.
Los agentes de la editorial se acercan a mí y uno de ellos me cubre amablemente con su saco.
—Felicidades señorita Vega, su novela es todo un éxito en las páginas de internet. —Uno de ellos tiene la voz profunda, muy profunda.
—Muchas... —Desvío la mirada hacia el hombre, restándole importancia a su físico, pero tengo que volver a mirarlo de inmediato para corroborar que no estoy soñando—, gracias...
¡Virgen santísima! Pero, ¿de dónde ha salido este bizcocho?
Es exquisito, exorbitante, impresionante... Es alto y tiene cuerpo de esos que te deja soñando. Sus ojos son de un perfecto color ámbar y tiene un rostro que parece haber sido esculpido por el mismísimo ángel Gabriel; pestañas largas y una sonrisa encantadora como la de un dios...
—...Ya que hemos resuelto el pequeño percance, pasemos a la mesa, ya que tenemos una excelente oferta para usted. —El otro agente de mediana edad me indica que tome asiento.
Guardo la compostura y no dejo que la curiosidad me haga hacer algo torpe como siempre, por lo que solo me limito a escuchar la propuesta y no quedarme mirando como una boba al hombre que se robó mi atención hace unos momentos atrás. Me ofrecen un millón de dólares por firmar el contrato con ellos y cederles los derechos de mi obra, su reproducción en físico y firmas de autógrafos en los días de su lanzamiento a la venta. Yo me quedaré con una buena parte de las regalías también.
Jamás había visto tantos ceros en mi vida, y pueden ser míos si firmo ese papel que ya hasta parece brillar ante mis ojos.
—¡Me parece estupendo! Claro que acepto. —Dejo mi vaso de té rojo y el contrato sobre la mesa.
—Ha tomado una excelente decisión. Entonces procedemos a firmar el contrato que ya hemos preparado previamente para usted.
Firmo despacio varias hojas, quiero que mi firma sea impecable. Pongo la pluma y el contrato frente a ellos.
—Muy bien, señorita Vega, nos comunicaremos con usted más tarde o mañana para darle los últimos detalles.
El hombre de ojos miel que ahora sé que se llama Mark y el cual habla poco, me sonríe y da la mano. Cuando rozo su cálida piel siento una especie de energía que me recorre de pies a cabeza, lo que me deja atontada durante algunos segundos.
—¡Oh! Su saco... —Hago un intento por quitármelo, pero me lo impide.
—No, no... Quédese con el, y si gusta me lo regresa después. —Me sonríe con aquellos labios perfectos y acomoda su flequillo un poco largo.
—¿Si habrá un después...? —Noto que frunce el ceño, entonces me doy cuenta que he pensado en voz alta.
«Pero qué tonta eres, Vega...», me digo aquello a mí misma entre mis pensamientos.
—Claro que habrá un después, de ahora en adelante trabajaremos juntos, ¿no? —Me guiña un ojo y no puedo evitar pensar en lo bello que es.
—Claro...
Tiene una melena que luce suave y abundante, en un color castaño claro y... ¡¿Pero qué me pasa?! Jamás en mi vida había detallado tanto a un hombre. No lo sé, es extraño para mí, ya que no creo en el amor o en eso de relaciones de cualquier tipo; y en realidad tampoco me he enamorado de alguien de verdad. Aunque este hombre ha logrado encantarme como si fuera un hechicero.
—Hasta pronto, señorita Vega. —El hombre de edad mayor me da un apretón de manos.
—Entonces, hasta pronto, ha sido un gusto conocerlos... —Les regalo una sonrisa a ambos.
Lamento que la conversación haya muerto aquí.
—Hasta pronto... —Mark me da la mano y un último vistazo intenso antes de marcharse junto a su compañero de trabajo.
No puedo evitar quedarme observando su espalda. En fin, debo retirarme del lugar porque ya se está haciendo de noche.
Al llegar a casa, ceno algo y disfruto una película de ciencia ficción, de las que tanto me gustan. Después me voy a la habitación y me pongo el pijama con mucha flojera. Entonces la canción High de Sivik, se escucha por toda la habitación, avisándome que alguien me está llamando al móvil.
Lo tomo y descuelgo la llamada. Es aly, mi mejor amiga.
—¡Enciende la televisión tía! —grita y escucho sus pasos al otro lado de la línea.
—Ve a dormir Aly, no son horas para tus bromas pesadas... —bostezo.
—¡Joder, estás en la televisión!
Corro casi como un coyote hacia el control y enciendo la tele.
«La autora del libro llamado Pasiones, quien recientemente ha sido anunciada como la nueva integrante de la exclusiva editorial Rogers y con la cual firmó un contrato millonario, fue vista hoy en una de las mejores cafeterías de Miami, con el pecho empapado de café y luciendo bastante sensual. Lo que quizá podríamos ver como bochornoso, resultó causando sensación en las redes y blogs del país. Ya le llaman "la diosa de las letras" y por si fuera poco...».
—¿Desde cuándo te volviste famosa? Camila, Camila... ¿estás ahí...?
Corto la llamada y me siento sobre el sofá, atónita y casi en estado de trauma.Ay no...
Desde aquella vez, Mark no la ha vuelto a ver. Hace ocho semanas Camila pidió adelanto de vacaciones y luego un descanso médico, después de eso se marchó. No responde el teléfono celular, nadie sabe dónde está.Habló con Steven, su asistente, quien le comentó acerca de los calmantes que toma, sus crisis y alucinaciones:«A Camila le sucedió algo terrible hace un tiempo y dejó de ser la misma, a partir de ahí toma medicinas y tiene crisis que yo mismo he presenciado, siempre he estado con ella para ayudarla. Algunos dicen que enloqueció cuando su prometido desapareció o murió, otros dicen que sus novelas esconden algo extraño y tiene que ver con su vida; no lo sé muy bien, pero ella es muy buena y se ha ganado el cariño de todos... Últimamente se encontraba más alegre y había dejado de tener esas alucinaciones, pero de repente recayó y se ha ido a descansar. Quizá se siente avergonzada porque usted la vio en ese estado. Ya volverá, dele su tiempo...», fueron las palabras de Steven.—Dio
Camila despierta enredada entre las sedosas sábanas, con un sabor extraño en la boca. Oh, cielos, parece que bebió mucho la noche anterior. Bosteza y sus ojos caen sobre el cuerpo desnudo de Mark. —Oh-Di-os-mí-o... —Cubre su boca con ambas manos. —Hmmm Mamasita... ¿Despertaste? —Mark dice aquello con cierta gracia en el tono de voz. Ella no deja de apreciar el cuerpo musculoso que se encuentra a su lado. De repente frunce el ceño apenas escucha aquella palabra en español. —¿Mamasita? —Anoche me pediste que te llamara así y tú me llamabas papi... Ven aquí, bonita... Camila se queda con las palabras atoradas en la garganta. Mark la toma de la cintura y la trae hacia su pecho, ambos se quedan acostados de lado. —No recuerdo nada. ¿Esta es tu casa? —inquiere, un poco confundida. —Sí, esta es mi casa. —Mark responde, con una sonrisa dibujada en los labios y le roba un beso que se torna intenso—. Yo podría hacerte recordar...—Sí, por favor... —dice aquello mordiéndose el labio infe
Camila se detiene frente a su cama y seca sus lágrimas. ¡Era él! Son la misma persona. ¡Mark Michaels sí existe! Corre hacia la computadora y busca información acerca del nuevo dueño de la editorial y de inmediato aparecen datos importantes: tiene 30 años, es tauro, mide 1.90, es doctor en economía y soltero. Bueno... puede que algunas cosas sean muy distintas, pero se podría decir que el Mark que ella conoció era físicamente igual.Sonríe al pensar que todo se trata de una simple coincidencia y que esa noche no alucinó nada. A lo mejor esté mejorando su salud mental. Quien sabe.Se mete a la cama luego de beber un poco de agua, lista para tener un sueño reparador...A la mañana siguiente se levanta a las nueve y va hacia el parque, para hacer un poco de ejercicio. Es sábado y aún está muy solitario por allí. Aprovecha para calentar y hacer unos estiramientos antes de trotar. Coloca los audífonos en sus oídos, mientras hace lo suyo con mucho esfuerzo.Mark se detiene en el parque y beb
Camila observa el cielo lleno de estrellas desde el amplio balcón de su habitación, la que se encuentra en el tercer piso de su mansión alejada de la ciudad. El cantar de los grillos y el sonido del viento vienen y van en la silenciosa madrugada llena de calma. Eleva el rostro y cierra los ojos, olfateando el aroma a rocío de la mañana. Esperar el amanecer se ha convertido en uno de sus pasatiempos favoritos.Después de llenarse de energía, comienza el día tomando un largo baño de burbujas y un desayuno bajo en grasas y calorías. Ahora que es famosa, el superficial manager Patrick le exige mantener una buena figura. Se ve un poco más delgada y alta, tiene la presencia de una modelo. Su cabello castaño luce largo y recto hasta las caderas, y su expresión es seria y muchas veces severa. Ha recibido educación de etiqueta y protocolo en todos los aspectos, tanto de su día a día, como en su trabajo. Se comporta recatada, callada y un poco despreocupada. Hubo un cambio en ella desde que Mar
Lo miro con tristeza. —¿Por qué hablas como si te estuvieras despidiendo? Nos queda un día, podemos hacer todo lo que queramos mañana. Ahora no te vayas de mi lado, por favor... —Me aferro a su pecho, con mis brazos rodeo su espalda, como si pudiera así retenerlo para que no desaparezca—. Sabes que también te amo, lo sabes.—No iré a ningún lugar, aquí me quedaré contigo, amor. —Besa mi cabello, una y otra vez—. Cálmate y duerme, que yo estaré aquí mañana y todos los días hasta que seamos viejos...Sus caricias en mi espalda y cabello terminan por tranquilizarme luego de un largo rato hasta conseguir el sueño, sin embargo, en medio de la madrugada tengo una horrible pesadilla, por lo que despierto y busco a mi pelicastaño favorito, el que se encuentra durmiendo abrazado a mí. Sonrío al verlo aquí conmigo, pero de repente se me escapa un sollozo horrizado cuando parece que comienzo a caer en un profundo hoyo negro, el cual me traga solo a mí rápidamente. Grito, pido ayuda y trato de s
Despierto a su lado, ambos bañados por la tenue luz de la mañana, muy diferente de como es en Miami.—Buenos días. Acaricio su oreja con mi dedo, provocándole cosquillas.—Buenos días a la mujer más hermosa de toda la tierra. —Enreda sus piernas con las mías y se abraza a mi cintura.Se ha vuelto todo un romántico, y eso me enamora más cada vez más.Nos quedamos así por un rato y luego bajamos a desayunar al restaurante del hotel, tomados de la mano y con un poco de cansancio, ya que solo hemos dormido unas cuatro horas. Sí, ya se imaginarán el porqué... Luego de saciar nuestros estómagos nos dirigimos a navegar en káyak hacia los glaciares, lo que me parece sumamente una locura, pero tan emocionante sentir el hielo vibrar y el misterio indómito de la naturaleza bajo mis pies. Recorremos los largos senderos en bicicleta, hablando de nosotros mientras observamos el paisaje digno de ser la pintura más cara del mundo. Al llegar la noche, vamos a cenar al restaurante Crow's Nest, un lug
Último capítulo