—No la conozco —dijo Enzo con ligereza—. Seguramente vino a ligar.
Al oírlo, Lucía curvó levemente los labios.
—Te está tomando por un cajero automático. De ese tipo de mujeres he visto demasiadas.
Enzo no le respondió. En cambio, saludó a Xavier, que estaba detrás de ella.
—Xavier, cuánto tiempo.
—Mucho tiempo —respondió Xavier con tono plano.
Al enterarse de que Xavier y Lucía habían llegado, Sancho salió a recibirlos y alcanzó a oír la conversación. No pudo evitar bromear:
—¿Desde cuándo ustedes dos son tan formales? ¿O es que cuando los rivales se encuentran, la tensión se nota más?
—No empieces —intervino Lucía para suavizar el ambiente.
Lo dijo así, pero en su rostro se dibujaba un orgullo evidente, una satisfacción difícil de ocultar.
Xavier y Enzo eran, sin duda, los dos hombres más destacados de su generación.
Uno había sido su ex.
El otro estaba a punto de convertirse en su actual.
***
En esta ocasión, Liana y Alejandro conversaron con mucha armonía.
Pero como su relación con