¡Mierda! Ahora si que estaba frito ¿Cómo iba a proponerme esta tarde a alguien que ni siquiera conozco ni me conoce? Tenía que idear un plan y aunque era un excelente estratega en las misiones, pero esto era más que sacar a un rehén o desactivar una bomba, pero esta misión sería de vida o muerte.
Salí con Sarita de la emboscada que me tenían los Scott, pues ya me estaba asfixiando y respiré hondo.
-¿Sarita tú te quieres casar conmigo?- le pregunto a mi mini muñequita de porcelana que me mira y sonríe.
-¡Jez papi, shi! -Abrí los ojos como platos, ¡¡Sarita me dijo papi!! ¡Dios! No me la merecía, por mi culpa ella está metida en este problema, pero ¿cómo no amar a esta pequeña? y me dijo ¡¡¡papi!!!
-¿Quieres que sea tu papi Sarita? -obvio te dijo papi.
-Shi, mami y papi Jez. Sadita filiz.
-Yo también quiero que seas feliz mi pequeña muñequita hermosa- la abracé y llené de besos, para luego salir al vestíbulo de la casa de mis jefes. Hoy sería un día extraño...
Tomé una de las camionet