La mañana se deslizaba con la misma frialdad que el viento que azotaba las ventanas de la oficina de Sofía. Había pasado la noche sin dormir, repasando cada decisión, cada palabra, cada mirada de Max. Todo lo que había descubierto la noche anterior la había dejado en un estado de alerta constante. El ataque a su empresa no era una simple maniobra comercial, sino una estrategia calculada para destruirla por completo. Max Smith no solo quería ganarle en los negocios… quería arrebatarle todo: su reputación, su poder y, lo que más dolía, la paz que tanto le había costado construir.
Revisaba los informes sobre las operaciones financieras cuando un suave golpe en la puerta interrumpió su concentración.
—¿Puedo pasar, señora Dark? —preguntó una voz masculina, calmada, pero firme.
Sofía levantó la vista. En el umbral se encontraba un hombre al que no esperaba ver jamás en su oficina: Carlos Miranda, el CEO de una de las compañías tecnológicas más grandes y competidoras directas de la suya. Si