Ver la cara de David, fue lo peor. Primera vez que yo lo veía tan mal, tan asustado. Le indique a los guardaespaldas que cuidaran a David, a regañadientes pero todos se pusieron a su alrededor. Al igual me cuidaban a mí, pero su prioridad era él.
Mi humor se volvió tenso, quería hacer algo pero no sabía qué. Saqué mi teléfono y llamé a Elliot. Al segundo tono me contestó:
-Cu... -no lograba entender-, cuñada.
-¿Estás bien? -le pregunto.
-No -dice-, no lo estoy.
-¿Por qué? ¿Qué pasa? -empiezo a preguntar.
-Tu cuñado no está bien, ¿acaso no escuchas? -una voz gruesa está del otro lado.
-¿Qué quieres? -pregunté enojada.
-VENGANZA, M*****A ZORR* -era Patricio.
Colgué, dejé a los chicos y salí corriendo. Abrí la puerta de golpe, entré y cerré la puerta con seguro. Escuché a David llamarme pero no me importó, necesitaba saber cómo estaba mi cuñado. Lo vi, golpeado, herido, me entraron ganas de llorar. Me tapé la boca con la mano y miré a Patricio.
-Eres un maldit* sinico. D