GABRIELA:
-Gabi... -dijo Ángel con suavidad- no es fácil lidiar con decisiones así. Pero ahora has sido sincera con nosotros y eso es lo más importante.
Asintí, sintiendo cómo una carga se desvanecía poco a poco.
-Sí... me siento más tranquila al compartirlo con ustedes. Era un secreto que me consumía.
Respiré hondo y sonreí levemente, sintiendo un nuevo aire de libertad tras haber compartido mi verdad con mis amigos.
-¿Todo bien? -preguntó Jess acercándose y dándome un abrazo.
-Sí... estoy bien -respondí tranquila.
-¿Estás segura? -insistió.
- Lo estoy -afirmé. Con cada palabra compartida y cada emoción liberada, me sintí más fuerte y más cercana a mis amigos. Hablar sobre mi dolor y mis elecciones me ayudó a dejar atrás el peso de aquel secreto-. Ahora, quiero probar ese rico desayuno que preparaste -le dije a mi amiga acercándome a la mesa-. Huele riquisímo.
-Especialmente hecho para ti -dijo Jess con una sonrisa que llegó a sus ojos y le devolví la sonrisa.
En la mesa se enc