Un poco agotada por la mañana movidita que acababa de tener tomo unos minutos y le pido a Isabel una taza de café. El divino néctar de los dioses tiene el poder de calmarme y brindarme las energías para continuar mi día.
De repente, mi secretaria, atiende el llamado de la puerta principal y me doy cuenta que acaban de llegar los próximos pacientes.
- Buenos días - saludo cuando los percibo entrar a mi oficina.
- Buenos días - responden al unísono los dos miembros de la pareja.
Ambos son hombres, comprendo, de inmediato, que estoy frente a una relación homosexual, pero, a pesar de la complejidad de este tipo de matrimonio, percibo una conexión bonita entre los dos. Reviso los papeles con sus datos personales que mi secretaria ha dejado encima de mi escritorio. Albert y Robert Morrison, con apenas 5 meses de relación, 32 y 36 años respectivamente.
Los detallo con detenimiento antes de comenzar con mi discurso de bienvenida, agradecimiento y presentación.
- Soy la Doctora Nic