:D gracias por leerme hasta aqui.
POV Dimitrik RudakovDurante esa semana, alternaba con Derek para cuidar de Darianna. Después de su recuperación, conseguimos un pase para la celebración de Dante Salvatore gracias a la ayuda de Benjamín. Al parecer estarían sus amigos más cercanos, pero aun así pudimos conseguir entrada donde Derek y yo fingiríamos ser conocidos lejanos. Lo único que debíamos hacer era mantenernos alejado de Dante y todo eso acabaría. Retiramos a Darianna del hospital, dejando que mi hermano Nikolai la cuide en una de nuestras viviendas. Tras esto me dirigía junto a Derek y Benjamin hacia el sitio de la celebración. Un lugar encantador lleno de opulencia y sofisticación, deslumbrantes luces resaltaban el atuendo blanco obligatorio. En el salón de celebraciones del hotel, los huéspedes mostraban sonrisas, sin sospechar lo que estaba por suceder. La música suave de jazz, las sonrisas, los susurros y las fragancias se mezclaban en armonía, en marcado contraste con la adrenalina que sentía en mi interior
POV Dimitrik MontenegroLa operación de Darianna se prolongó, lo que resultó ser mas de cuatro horas. Aun no había sabia donder estaba mi hermano el cual no tomo ninguna de mis llamada. Durante toda la operación permanecía en la sala de espera como si estuviera adherido a la silla. Uní mis manos y apoyé en ellas mi cabeza, y por primera vez en bastante tiempo...rezaba.Repetía la frase que mi madre solía indicarme antes de dormir. Intercedí por Darianna para que sobreviviera, me comprometí a darlo todo a cambio de que me fuera devuelta. Perdí la noción del tiempo mientras oraba, solo interrumpí mi rezo al notar un calambre en mis manos, las cuales estaban ligeramente pálidas por la intensidad con la que rezaba.Observó a Derek con la cabeza en alto mientras este se paseaba frente a la puerta. Los nervios me tenían al borde, urgía encontrar una distracción mental antes de sucumbir en ese sitio. Al despertar, me acerqué a Derek, quien me observó con gran desprecio. Me sujetaba de la cam
POV Dimitrik RudakovAgarraba con firmeza la mano de Darianna. Hacía aproximadamente un mes que ella permanecía sin conocimiento. Aunque le suspendieron el tratamiento, seguía profundamente dormida. Derek entraba por la puerta con una taza de café en la mano.—Sería conveniente que te retiraras a descansar, ya que estuviste a su lado durante toda la noche.—De acuerdo, —besaba su mano delicadamente mientras la tomaba. —krolik(conejita) volveré más tarde. Caminaba hacia la salida del hospital cuando decidí tomar un taxi para regresar a mi hogar. Mi cara lucía fatigada, mi barba se había alargado y apenas lograba descansar. Derek y yo nos alternábamos para cuidar a Darianna, quien siempre se encontraba dormida. Estando dentro del vehículo, aproveché una hora para descansar, un tiempo breve pero adecuado para despertar mis sentidos.Al llegar a mi casa notaba a Nikolai a punto de salir, su rostro estaba totalmente serio y al verme su seriedad no disminuyo.—Estaba a punto de ir por ti.
A través de los amplios ventanales, la luz solar se colaba en la habitación, inundándola con un resplandor acogedor y cálido. En la habitación, el aire llevaba consigo el delicado perfume de las flores que la inundaban, destacando sus tonos vivos frente a la atmósfera gélida del lugar. Me senté en una silla de patas doradas, y aunque el lujo me rodeaba, sentía cómo cada pétalo era un recordatorio de mi cautiverio. La puerta se abrió con un suave crujido, y una empleada, ataviada con un modesto uniforme, se aproximó a mí con una bandeja. Encima, unos aperitivos meticulosamente elaborados y una taza de té que humea. Sin embargo, no sentía ganas de comer. Dirigí la vista hacia la ventana, haciendo caso omiso de la bandeja como si comer significara recibir mi orden de muerta.—Piccola principessa(pequeña princesa) —Resonó una voz ronca y masculina que atravesó el silencio, impregnando el aire con su acento italiano. Sería conveniente que ingieras alimentos. Te aseguro que no he adulterad
En los últimos días, me di cuenta de que los trabajadores apenas se acercaban a mí y, en caso de hacerlo, lo hacían con utensilios de plástico. Exploraba la casa y observaba que la mayoría de las habitaciones estaban cerradas con llave. No tenía autorización para acceder a zonas adicionales como la cocina, lo que me limitaba las posibilidades de huir. Mientras estaba sentada en el sofa, un hombre de aspecto lánguido, cabello griseado y lentes que desprendían elegancia. —Señorita Montenegro he sido solicitado por el señor Bianchi para confeccionarle prendas a medida. Le solicitaré amablemente que me ayude y se ponga de pie para poder medir sus medidas.Mi mirada gélida estaba fija en él. —¿Mis medidas? —reía de manera visceral. —No voy a darle absolutamente nada.—Le ruego que me brinde su colaboración, señorita.Ignoraba lo que decían hasta que uno de los guardias se aproximó a mí. —Señorita Montenegro, es necesario que trabaje en conjunto con el señor Garrido, evitemos tener que hac
Al percatarme de que Dimitrik estaba paseando por la casa, decidí salir, pero por vez primera me lo impidieron. Al cerrarse la puerta, divisé a varios guardias recorriendo el jardín que acababa de abandonar, como si estuvieran buscando algo. Todo pareció ir a cámara lenta, pude ver que la seguridad se incrementó y recibía incluso la cena en mi habitación.Imagine que todo se iba a volver un caos, así que lo mejor era actuar con normalidad. A medida que cenaba, seguía mirando por la ventana, la luz lunar iluminaba todo el jardín, lo que lo hacía parecer casi mágico. Tan escondida estaba que ni siquiera tenía noción de la hora, así que opté por tomar un baño. Me sumergía en el baño, permitiendo que el calor del agua me abrazara. Cada músculo de mi cuerpo se relajaba y la tensión que había experimentado se esfumaba. En ese instante, en la bañera, dejé de recordar que estaba atrapada. Después de un tiempo, salí del cuarto de baño, todavía el vapor llenaba el reducido lugar, confundiendo
La sala estaba cubierta de oscuridad como un manto duro, cada sombra podía ocultar a un adversario, cada ruido era un presagio de lo peor. En medio de la semioscuridad, solo contaba con la penumbra como compañía, permaneciendo inclinada y percibiendo la gélida superficie debajo de mis rodillas. El peso del arma me brindaba consuelo, recordándole que mantenía el dominio, al menos temporalmente. Los sonidos de los gritos y los disparos resonaban fuertemente en mis oídos, creando un caos ensordecedor a mi alrededor. —Debo salir de esta casa o no sobreviviré. —Susurraba en un todo sumamente calmado. Mis ojos recorrían el cuarto, persiguiendo la mínima señal de peligro mientras mi corazón palpitaba con intensidad, un constante aviso de la inminente muerte que me esperaba. Al momento de retirarme, percibí cómo una mano robusta sujetaba mi cabello con firmeza. Un tirón brutal que me hizo caer hacia atrás. La adrenalina corrió por mi sistema. En un movimiento fluido, aproveché la inercia,
—Tik tok mi piccola principessa(pequeña princesa), ¿Acaso quieres que se muera?—Darianna, déjame morir. ¡No lo pienses más, acaba con él de inmediato!Al alzar mis armas hacia él, una sensación de temor me invadió al notar su peso, haciendo que mi semblante se tornara pálido. —No puedo hacerlo…—Susurraba sintiendo las lagrimas de la impotencia.Giovanni me observó meticulosamente, percatándose de lo que ya había descubierto. Se podía sentir su malévola carcajada reflejada en cada parte de su rostro. Mis labios empezaron a temblar intensamente.—Darianna ¡Solo matalo!—¡No puedo! —gritaba mientras entornaba los ojos.— piccola principessa(pequeña princesa), mírame. —Sacaba su telefono con su mano libre. —Llamaré a una ambulancia, pero necesito que me acompañes. No peleas, te dejaras someter a mi y el sobrevivirá.Mis ojos se posaron en Dimitrik, la cantidad de sangre resbalaba en la mano con la que lo sostenia. Si no tenia ayuda medica moriría en mis manos. —Está bien, lo haré. Solo ll