72. Debemos entrenarla
Derek Montenegro
—Necesito que alguien frene este flujo de información— mi voz glacial, un reflejo del hielo que experimentaba en mi pecho. —Lo de Eloise… no tiene sentido. No hay manera lógica de que Santoro hubiera tenido conocimiento de que estaría en ese lugar. Hay una persona filtrando información y debo descubrir quién es antes de que continúen divulgando más información y no podamos hacer nada.
Benjamín permaneció tranquilo mientras se cruzaba de brazos, mostrando un rostro sereno. Apoyado en la pared, observaba las escaleras que conducían a mi habitación, donde Eloise debería estar durmiendo tranquilamente. Después del incidentes de la tarde, ella se encontraba sumamente agobiada, por lo que fue necesario llamar a mi doctor para que le recetara algunos medicamentos tranquilizantes. Después del ataque, me puse en contacto con Benjamín y Miguel para idear un plan de contingencia, ya que ese intento de secuestro fue la gota que colmó el vaso.
—Estoy de acuerdo contigo, Derek. Es