P.O.V. Adriano
Me encuentro feliz de que mi linda Mia haya hecho eso con su prima; me ha demostrado que me ama y que no me lastimará. Así es momento de llevarla a un lugar especial.
Aunque a la vez me siento un poco nervioso, ya que estoy completamente seguro de que esa rubia no se quedará de brazos cruzados, así que mejor momento para no estar aquí.
Viendo el cuerpo de esta linda pelirroja, sonrió con malicia y me pongo de pie para no despertarla. Camino desnudo por la habitación hasta ponerme un pantalón que está tirado en el piso.
Agarro la primera camisa que me encuentro y me aproximo hacia la puerta, abriéndola con mucho cuidado y cerrándola de igual forma.
Al estar en el pasillo, camino directo hacia el balcón más cercano, donde la brisa fresca toca mi piel y mueve mi cabello. Un escalofrío recorre mi cuerpo, pero aun así me quedo aquí de pie.
Saco el móvil de mi bolsillo buscando un número familiar. Lo posicioné en mi oído, esperando a que contesten.
—Hola, buenos dí