LÍA
Tenía que irme de ahí, y por estar alerta, durante toda la noche fue imposible no permanecer despierta ¿Qué debía hacer? Faltaban tres días para recibir mi quincena, y los escasos ahorros que tenía como repartidora se habían esfumado con las sopas instantáneas y las galletas saladas que comía con un té de manzanilla por las noches.
Suspiré frustrada ¿Y si me conseguía a un novio rico? Negué con la cabeza al imaginarme a un señor gordo y casado rondando por mí. No, no era una opción. Me estaba planteando seriamente vender fotos de pies por OnlyFans. No lo descartaría, la idea era descabellada, pero no era tan indignante como lo otro.
Por otro lado, tenía que buscar otro lugar para vivir antes de que mi papá viniera por mi y me obligara por completo a casarme con John Douglas.
Me revolví como gusano en agua puerca, sobre mi cama, ante lo frustrada que me sentía. Me estaba forjando una vida por mí misma y no dejaría que mi papá lo echara a perder.
Viviría bajo mis propias reglas.
***