—No te preocupes, gracias, estoy bien, Muchas felicitaciones por todo esto.
—Oh, vamos, no te vas a quedar aquí a aburrirte. Solo un baile, ¿sí?
—No sé bailar mucho, Ethan... además estoy algo cansada.
Ethan se rio y después de quejarse una vez más y terminar por quitarse la corbata, la tomó del brazo, atrayéndola hacia la abarrotada multitud.
—Igual, no te dejaré sola acá. Al menos, vamos a conversar.
La metió a través de la gente, la música y las luces fosforescentes. Serena tosió cuando el humo de los cigarrillos golpeó contra su rostro, al tiempo que miraba a su alrededor con confusión, sin saber qué más hacer que solo dejarse mover.
El ambiente había pasado de ser uno muy acogedor a uno muy alborotado y lo peor de todo era que no podía evitar sentirse sola y un poco asustada. Contuvo el aire cuando se detuvieron frente a una mesa, repleta de tragos, bocaditos y tres muchachos riéndose y conversando entre ellos.
—¿Quieres una? —Ethan intercambió su copa por otra de las que se enco