Después, tomó la nota que acompañaba todo aquello que decía: «Te amo. Siempre seré tuyo, no importa si tú ya no quieres ser mía». Christina soltó el papel y comenzó a llorar como si le hubiesen dado un golpe, por lo que sus amigos conmovidos, la abrazaron con fuerza, mientras ella sentía que no podía más. A simple vista, parecía una frase que hablaba de posesión, pero ella sabía que él no era así, su verdadero significado era la entrega.
Le explicaba que la iba a querer siempre, aunque ella ya no lo quisiera. Lloró un rato hasta que se sintió cansada, se desasió de los brazos que la sostenían y abrió el frasco. Se movió hasta el sofá en donde se atiborró de galletas, viéndose como una caricatura triste que tragaba grandes bocados en busca de confort.
-Anda Andrés, sigue cantando a Whitney, pero algo corta vena. Marcos, sírveme un vaso de leche, para mojar las galletas, por favor.
-Déjame te preparo un poco, es que solo tengo leche en polvo.
-No, no me gusta la leche en polvo, déjalo