-Perdóneme, no era mi intención asustarlo.
-¿Qué quiere? -preguntó el hombre que lo miraba con desconfianza, como preparándose
para esquivar un golpe.
-He llamado para pedir una cita a su consultorio, pero me han dicho que no está aceptando
nuevos pacientes.
-Sí, no tengo espacios disponibles, tengo demasiados pacientes entre mis consultas y las del hospital.
-Lo sé doctor, pero necesito que haga una excepción.
-Señor...
-Nicolau, Santiago Nicolau.
-Señor Nicolau, ¿sabe cuántas personas me piden que haga excepciones a diario? ¿No le
parecería injusto que la haga con usted y no con los demás? -dijo mirándolo circunspecto.
-No es para mí, es para mi novia.
-Le puedo recomendar algún colega...
-Le va a interesar doctor, ella tiene una disfunción sexual atípica, llora durante el coito.
El doctor hizo un esfuerzo para no lucir exasperado.
-Muchas mujeres lloran durante el coito, le recomiendo...
-No, no es durante o después del orgasmo -dijo Santiago interrumpiéndolo -El llanto reemplaza e