Capítulo 34. Una noche lluviosa
Esa era la primera vez que Maximiliano se desahogaba con alguien, y se sintió mucho mejor al hacerlo, sobre todo al compartir todo lo que había sentido a su esposa. Aún más, cuando ella lo abrazó de la nada.
Al principio pensó que ella no le creería nada y asumiría que todo era una actuación. Pero ese abrazo… lo hizo sentirse el hombre más poderoso del mundo.
Luego, ella comenzó a decirle que también se había opuesto a su matrimonio, pues no quería casarse con alguien que no conocía, y menos aún al enterarse de que esa persona era diez años mayor que ella.
Lo primero que supuso fue que sería un hombre amargado. Además, ya había otra persona en su corazón, con quien realmente quería casarse.
Maximiliano se inquietó al escuchar esas últimas palabras. Esta era la primera vez que ambos hablaban de este tema, y aunque se sentía bien haciéndolo, esa parte no le gustó en absoluto. Saber que su esposa ya tenía a otro hombre en su corazón le incomodaba profundamente. En ese instante, se dijo